¿Cómo explicar que adoro cada centímetro de tu piel,
que daría lo que fuera por perderme en cada poro
hasta acabar de vaciarme,
que me encanta mirar tu cara mientras me complaces
y que, a pesar de todo, te da pena hacerme el amor
y luego yo tener que marcharme?
Sé que muchos piensan que no vale la pena,
pero, amor, si supieran de la conexión que te hace ver
dentro de mí y cómo me aceptas con mi desastre…
Ya sabemos que lo nuestro es más tortura que amor,
porque en los momentos de lujuria yo siempre
sabré que me haces ser humana, ser mi musa
y también mi sastre.
Angy Ramírez (Lucena, Córdoba)
Publicado en la revista Aldaba 30
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