¡Oh mujeres!
De hechizos eternos
y
rayas
a puntos
y contrapuntos del alma
en
cándidos
murmullos.
No puedo negarlo…
Me gusta
cuando las noches sombrías,
se disipan entre las siluetas segmentadas.
Como hilándose a su lado
sin decir nada.
Pues a esa hora,
meditan sobre la vida misma
y sobre la existencia de los espacios hechos silencios.
Quizás.
Para construir ilusiones
o intentar oír el sexto sentido extrasensorial.
En fin…
Sin titubear un instante.
Las observo vestidas de blanco y negro
como musas maduras que versan entre las sombras del viento.
Fabián Irusta (Argentina)
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