Se esparce nuestro amor, intacto y vivo,
el fuego del deseo aún está activo,
pues al mirarme tú el latido es fuerte
y solo ha de ceder ante la muerte.
El amor comenzó en la adolescencia,
y aún conserva pura aquella esencia
de nuestro primer beso, la ternura
de la caricia en su versión más pura.
Sus plácidas pasiones, el idilio
ajenos al prejucio, su martirio
conservan el amor en fortaleza
de su genésis mismo, su riqueza.
Nuestros nombres en él están escritos
y en el árbol aquel...,¡tan infinitos!
LINDA PATRICIA CANDANOZA VARGAS -COLOMBIA-
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