domingo, 1 de mayo de 2016
ECUANIMIDAD
Encadenado entre acordes
un grito retorico en plenitud
arduo y riguroso,
solo, con su coro de niebla,
solía decirme que el perdón
o la clemencia se cruzan
con la magia de la esperanza,
(un capítulo de la Biblia
directamente juez del hábito
y la santa codicia purifican
legendarios cinismos)
La humildad me liberó
del dolor amargo de la arrogancia
que vive en nosotros,
que yace azotada
resguardada en conmovedoras
miradas, museo de pupilas,
“baños de vapor” en cada trauma
eucaliptos que me abrigan
a andar con sigilo, triste trajinar
del poemas en la cresta del suplicio,
repetido pájaro que emigra
oscilando en el ocaso de mi pluma,
dormido viento de un pueblo
acorde con un llanto lacio
recubierto aún por vocales,
matinal perseverancia de una esencia
vestida de gala ante la vela de la dignidad,
infiltradas garras de un ciclón
atada a la noria de la paz y el olvido
a título póstumo.
Manuel Vílchez García de Garss
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