domingo, 24 de abril de 2016
LAS SOMBRAS DEL FUEGO
II
Se dispersó el idioma del fuego,
Nevazones, lluvias, disolvieron sílabas
su arder se deshizo en agua nieve.
Él se despidió con dedos de humo,
Extraviándose entre nubarrones y granizos.
Lo que ayer fue vivaz reflejo,
Haz de lumbre, simiente de ascuas,
Hoy es hato de espíritu rendido.
Amanecer sin trayecto, reino de luces ciegas,
Brasas muertas ligadas al devenir del olvido.
En la placenta del légamo entran ensoñares de ceniza.
III
Avanzar contra la nieve, caminar en círculos
infranqueables puentes, desaliento,
Avanzar, retroceder a ningún sitio.
Circundaron al bosque,
Su arquitectura de húmedas esmeraldas.
Sobre la transparencia del mundo se congeló el anhelo.
Avanzaron, avanzaron en círculos sobre el hielo,
Luego entre árboles, marañas de troncos
Y armazones vencidas por el viento.
El fuego evaporó semillas,
Abatidos rodaron radiante frutos
Y el Gran Aliento los decretó huérfanos.
IV
El hombre del fusil ensayó el final del mundo,
Sustrajo la vida, apagó canciones, creencias.
Cubrió la desnudez con atuendos de cataclismo,
Idiotizó la risa con brebajes perversos,
Azuzó a sus perros para asesinar niños.
El hombre del fusil puso precio a las orejas,
Ensució el fruto solar de las mujeres,
Entreveró el lenguaje hasta volverlo olvido.
Estableció su brutal imperio:
Los relegó en sus misiones,
Cercó la tierra que era libre,
Les quitó el fuego, el arco iris.
Del libro Las sombras del fuego de Wilma Borchers Carrasco -Chile-
Publicado en La Biblioteca
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