Déjame aprender de tu aroma de mujer / cultivar el jardín del ensueño / o, sembrar estelos en los rincones de tu cuerpo.
Hagamos de viejos arco iris / nuevas esperanzas del ayer, / dejemos que los niños, crucen las tempestades de los mares / y eleven sus banderas / detrás de los pasos perdidos.
Déjame con las alas puestas / donde pueda volar con esas edades que viven / entre las auroras de otros tiempos.
Hagamos silencio con el ruido perpetuo / o, quizá; un horizonte de amor / con pedazos de lo que fue nuestro.
Felipe Sánchez Gonzáles -Perú-
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