(Bombas de racimo)
Son como confeti:
caen sobre máscaras blancas.
Es un arado que cava la tierra:
¡herida de guerra!
Es negro que cae sobre el trigo.
Es privación de tierra.
Es privación de hambre.
Cae confeti.
Máscaras malvadas decapitan
sus verdugos a golpes de pala,
pico y azada:
¡herida de guerra!
¡Adora la tierra!
¡Sobre tus altares sin estallar!
Bendices tu Dios,
escondido entre máscaras.
Él también las necesitará.
La carne está hinchada y desarraigada.
Es la hora del Carnaval.
Es la hora de las Máscaras,
malvadas, sólo malvadas;
las que soñaste de niño
cuando en la cama humedecida te escondiste.
DIMITRI RUGGERI
Publicado en Periódico de poesía 87
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