lunes, 25 de abril de 2016
PRIMER FRAGMENTO
SOBRE LOS PODERES PROFANOS
“Es cierto mi hijo -comenzó a decir aquel notable anciano- hay ignorancia en el mundo. La confusión nunca es deseable. Sus etapas no son abiertas al desarrollo humano. Menos del espíritu. La esclavitud por el hambre y la pobreza es dura e indigna. No se les permite surgir a millones de criaturas que deben pensar libremente, discernir y cuando menos informarse justamente. Por lo tanto “se convence” es su realidad. Pese a la planificada marejada de su distorsión, no creas es tan así. Es una “realidad de la irrealidad ficticia” activa del sistema que intenta el gobierno del mundo. Esto se deforma y desvirtúa en hechos de contradicción y confucionismo –manipulado en órbita de poderes seculares- uno de los sostenes de ámbitos elitistas, la malversación y manejo de la información. Este tendencioso campo de divulgación foránea, alejada de conocimientos sociales, religiosos y existenciales de los credos que habitan el mundo, sumergidos en sus propias creencias. Esta tentativa siniestra nacida de la debilidad, hipocresía y soberbia, es nutrido por falta de valores, intereses egocéntricos, ostentaciones, agresivas y destructivas, son las armas psicológicas utilizadas por estas criaturas mortales ordinarias (en estricto sentido de su absoluta falta de sentimientos) perdidos en reales tinieblas nada aconsejables. Aunque eso lleva milenios en la sinuosa etapa de la procedencia genuina del amanecer humano…. “
SOBRE SU SENTIDO CRÍTICO
“Estos grupos diversos y sectoriales –continuo Don Genaro después de un respiro- anclados en sepulcros de su poder material, solo miran los cercos de sus propio “espacios seculares” negando el sentido oceánico del espacio natural a la infinitud destinada. Estos hombres no se conmueven ni por el llanto de un niño. Estas vidas perdidas -espiritualmente hablando- sufren su más oscuro y penoso letargo, una pesada loza difícil de sobrellevar. Ellos en su poder y mezquindad esclavizan al prójimo; pero ellos son los grandes esclavos. No hay peor cárcel que el cerrado cerco de sus propias oscuridades. No tienen conciencia de su vació, miseria y pobreza. Es el estado más profundo, severo y crítico que enfrentan estas existencias severas y tan desquiciadas…”
Debo decirles a quienes vienen siguiendo estos escritos, lo leído son de las partes “suaves” de cuanto alcanzó a decir esa inolvidable tarde.
“Mis tarde con Don Genaro” de José Revello
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