jueves, 3 de marzo de 2016
MENTABAS LA SOLEDAD COMO UN DESTINO
Mentabas la soledad como un destino
que te urgió en un incierto cruce,
un irremediable destierro
donde siempre habitaría la borrasca
para atormentarte de recuerdos.
No decías que untaste tu mirada
de óleo escarlata, ni que anduviste
estrujando pipas de girasol
tras el sueño dorado
de hallar un mensaje en alguna,
una pista para dejar de equivocarte,
panacea aleatoria y recurrente
emborronando tardes y noches
con desesperanzas.
Andabas, como de costumbre,
estático en tu sillón, fósil,
frente al televisor y medio vaso
de ginebra barata
y con el disecado halcón empolvado
sobre la estantería
gravitando tus cabellos
como custodiando a un muerto prematuro
embalsamado en sus raídos recuerdos,
solitario al fin
como deseabas,
como detestabas.
MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO -Madrid-
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