domingo, 31 de enero de 2016
MITO
Que rueden...
los círculos de tus caricias,
en los cuerpos de otros sinos,
que rueden,
en las herrumbrosas manos,
de quien más te guste.
¡Que mas da!
Que rueden,
En los óxidos milenarios de una furtiva piel EXFOLIA,
Insensible de amor, trafagada de miedos, de malignidades y mentiras.
Que rueden tus besos,
En la circunspecta herejía de la concupiscencia.
Ahí,
donde calienta el sol de la arquetípica locura,
Y rueden juntos al abisal orgásmico,
que un día,
tú…
me enseñaste.
Que ruede tu cuerpo y el suyo,
Y,
que mueran rodando, en la laxitud de una MUECA, explosiva mueca..., de suspensos, de dolor,
y con gritos y gemidos se desgarren la boca y los sentidos,
y se arranquen la piel entera.
Suspendidos en el aire,
Que giren,
Colgando,
de la interrogante y misteriosa mano del deseo.
Y del hilo de tu devoción al mito,
Que tanto,
y tan dulcemente amé.
Roberto Rochin Suarez.
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