EL VUELO

El eterno continente del cosmos
observa su sonrisa y buen talante.
El mismo cosmos eterno lo atrae
y le llama a remontarse hacia el cielo
para encontrar en espíritu y cuerpo
a esa flor que ha quedado tan distante.
Mira a otros mundos con ojos vivaces.
Emprende vuelo con sus alas de papel.
No siente miedo ni angustias en la piel.
No hay enigmas que lo llenen de temor.
Quiere volar, como Ícaro hacia el Sol.
No hay distancias que lo puedan detener.
Mañana habrá un distinto amanecer
cuando él se reencuentre con su flor.

INGEL LAZARET