Vida que entrega sus sentires y placeres
aun el suplicio
aunque iluso al querer se aferre
nos ocultará su mirada.
La muerte su sombra exhibe
espada de eterno filo
ladrón incansable en sigilo
certidumbre que nos aguarda.
El instinto arroja a discernir con premura
lo efímero del ser apresura
y el destino encubre sus caminos
La insistencia del momento surge
frente a ese devenir que aturde
si el transcender se demora.
Virtud su luz encuentra apreciando el tiempo
en quietud del silencio disciernes,
quien no se arriesga muere
se percibe el ahora.
Angel Luis González
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