domingo, 27 de diciembre de 2015

POR EL AÑO NUEVO


Soy lo que queda de año, apenas un recuerdo, que viene a ti de lo bueno y de lo malo. Soy poco ante la ilusión del nuevo. Soy el tiempo de los que no terminaron de leer un libro, de los que no encontraron un trabajo, de los que no les tocó la lotería. Cada día que queda es un tiempo perdido, inútil, un tiempo de sentirse empachado y comer sobras. Cada día que queda es un tiempo abandonado en el trastero de la vida. A pesar de ser sólo tiempo, he formado parte de muchos corazones; he estado en los espejos, en los lápices de ojos y en las barras de labios. He estado en los desengaños y en el dolor que producen, un poco en la sonrisa maliciosa del recuerdo de esos momentos maravillosos que pasan tan deprisa, de los besos y del regusto al recordarlos. Me quedan unos días en los que derrocharás pensando que a estas alturas te hace más ilusión hacer regalos que recibirlos. Ya no te puedo dar doce meses nuevos para poder cumplir tus deseos, no te puedo dar proyectos de esperanza, ni una lluvia refrescante ni una primavera fresca y viva, ni un verano con amor. Me pregunto si no te he sido transcendental o suficientemente nefasto, de no ser así, preferirás no recordarme. Tal vez pase a la historia por cosas que a ti no te interesan y por eso hagas fiesta –quizá la mejor todas- por el año nuevo.

MIGUEL CAMUÑAS

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