SOLTAR AMARRAS

Mi andar se fue apartando de la tristeza,
no más venas heridas en la frente,
voy recolectando estrellas de mil colores,
para adornar la floresta del alma mía.

Alucinación en la faena de mis deseos,
recostada sobre nubes de algodón de azúcar,
entre suaves oleadas me desvisto de caminos,
liberando raíces incrustadas que ahogaron mi esencia...
Así es como disfruto en el sosiego de la vida.

En un riachuelo,
se escucha el rumor mágico de corales,
es un sortilegio que desata las doradas plumas,
que van revoloteando hacia el sol,
entre olas más altas que pájaros,
maravilla de armonía que me elevan hacia la luz.

Desde la más alta cumbre te observo en tu oscuridad,
eres como un túnel por dentro, donde el mismo silencio
se enloquece y se mata, aún estás a tiempo,
deja ir la muerte y aférrate a mis remos.

Carmen Pedreros Avendaño -Perú/Guatemala-