domingo, 4 de octubre de 2015
MI ÁNGEL DE LA NOCHE, MI DAMA DEL AMANECER
Tan solo
una chispa tuya
enciende
mi tórrido fuego.
Una gota
de tu libido néctar,
horada la más
dura roca.
Un solo destello
de tu cariño
seduce mi amor
como un niño.
¿Dónde tú estabas?
¿por qué en mi ayer,
no estabas tú?
y ¿por qué... por qué,
no te pude tener?
¿Qué destino incierto
oscuro y cruel,
me hizo de ti
probar tu miel,
y también tu hiel?
Te hizo ama,
soberana y señora,
de mi único amor,
que con veneración
te ama y te adora.
Dueña de mi cariño,
de mis amaneceres,
de mis locos delirios,
y trasnochados
devaneos en vilo,
de mis cálidas auroras
y de mis quereres.
Con tu lúdico andar,
recelosa vuelve
la primavera a mi vida.
Con tus brazas
encendidas
atizas mi hoguera,
y despiertas
mis pasiones
dormidas,
en mis ardorosas
y tórridas auroras.
Eres mi ángel nocturno,
mi sol de media noche,
mi dama del amanecer.
Fuego volcánico
en mis resquemores,
neón incandescente,
en las noches ardientes
de mis amores.
Eres dulzura,
encanto,
y refugio de mi querer.
Inspiración
de mis embelesos,
razón y motivo
de mi amor,
y mis cálidos besos.
Todos duermen ya,
nuestra hora empieza,
es la última de ellos,
y de nos la primera.
Desnudamos
nuestros cuerpos,
ventilamos nuestras
sedientas almas,
se encienden nuestros
sentimientos al ardor,
fragor y desenfreno
de la pasión y del deseo.
Somos amantes
vertiginosos,
de la noche silente
y profunda.
Nos amamos
con locura,
hambrientos,
y liberados,
sin ecos ni testigos,
ni ataduras.
Mudos,
absortos
y frenéticos,
devorando
el néctar de Eros,
y de nuestras mieles,
manjar de dioses.
Degustamos manjares
vedados y prohibidos.
Me amas
más que a nadie,
eres sólo mía
y yo,
completamente tuyo.
Somos antropófagos,
devorándonos
el uno al otro,
reos de cuarentena,
caníbales en hambruna.
En nuestro frenesí
de activos delirios,
exploramos
los más
recónditos secretos,
de nuestro amor vedado.
Nos adentramos
en el dulce abismo,
sin fin y sin salida,
porque como tú y yo
nadie jamás
se han amado tanto.
Nunca a alguien así,
había amado igual.
nunca jamás otro amor
habrá después de ti,
porque este amor
tan solo nos pertenece
a nos y morirá
con nosotros dos.
George Rivas Urquiza -Perú-
No hay comentarios:
Publicar un comentario