ODA AL DIOS PAN

Por la ladera de la montaña.
Baja el Dios Pan.
Alegre sátiro de cuernos retorcidos.
Tocando con brío su flauta.

Nacido del Demonio.
Y de la Diosa Gea.
Hijo de la lujuria y de la tierra
Mitad joven de torso apolíneo.
Mitad macho cabrio.

Adolescente eterno.
De ojos azules.
Casi niño, casi viento.
De sonrisa de eterna nieve.
Torso esculpido en tierra.
y cabello negro.

La diosa Serene contempla
desde la ventana más alta de su palacio.
Tu danzar alegre,
sobre el prado de los tiempos.
Y la gracia andrógina de belleza
Casi humana, casi bestia.

Una belleza enigmática,
con la que atraes atención.
De las ninfas del viento, la naturaleza, y el agua.
Que bailan como hipnotizadas
al compás de una melodía oculta,
Entre los agujeros de tu flauta.

Sátiro juguetón.
Cabritillo fugaz y alegre.
Yo te observo en mis sueños
tocar incansablemente tu eterna canción.
Desde la primera luna
Hasta el último sol.

Debora Pol.