¡Margarita! mi dulce y sensual flor.
Margarita, me despertó a las nueve...
y yo la deshojé hasta las diez.
Margarita me regaló todos sus
orgasmos... y yo la moví de un lado
a otro con la tempestad de mi viento,
la bañé con el agua de mi cielo...
Luego sobrevino la calma...
y Margarita quedo fresca, agotada,
traspirada,
extasiada; tomando el sol de
mi pecho.
¿Margarita me quiere mucho,
tal ves poco... quizás nada?...
no me lo dirá sus pétalos sino...
´´El tiempo´´.
NORBERTO CARUSO.
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