miércoles, 23 de septiembre de 2015

ARABESCO


El silencio se rompió, abrupto,
con sonoro y afable murmullo
de afinada brisa el arrullo
que, intrépido, mi orgullo tentó.

En crucero seductor, incierto,
de noche sin luna, en lo umbrío,
en íntimo sueño, así intenso,
ardió cual hojarasca el deseo.

Hurgando un sinuoso contorno,
subí, presto, a la barca los remos,
resonaron en mis sienes sus pasos
en bronca espesura de otoño.

mi respiro lento, inquietado,
en vaivén sacudió mi desnudo,
ambiguo con la espuma del río,
erótico, irrumpió el burbujeo.

El salto del agua, su estruendo,
de rocío mi sentido extasió.
al notar su atisbo, abstraído,
sus sierpes, cual medusa, ostentó.

Mi espectro asaltó repentino,
en penumbras al río me arrastró,
en la arena tal desierto, impío,
tras la duna, la pasión estalló.

Noche extensa, sin día, semejó
un momento sin sol, conjurado,
en arabescos, sus ojos, mi reflejo,
con ellos trota, indómito, ¡fiero!

Omar Aburto -México-

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