lunes, 3 de agosto de 2015
HE VISTO COMO TE IBAS ILUMINANDO
He visto como te ibas iluminando.
Luna, de la noche compañera.
Tu fisonomía redonda y plena
los matices vas cambiando,
cuando por el lejano horizonte,
te llegas con alborozo mostrando.
Eres tan soberbia y maravillosa,
tan magnífica y hermosa,
que se llenan de contento
los fanales de mis ojos.
Los pájaros desconcertados
no saben si recluirse en sus nidos,
amarse con desenfreno,
o seguir con sus gorjeos.
Gorgoritos cantarines
que escuchamos sorprendidos
porque no es hora ni tiempo
de que arriben
a nuestros pabellones auditivos.
Luna que en la calidez de estío
enciendes de nuevo los sentidos.
Comprensiva, atenta, tierna,
cómplice de locos amores,
testigo de mil dislates,
de locuras perpetradas
por mentes alucinadas.
Satélite que nos contemplas,
a veces tímida y cansada,
sin querer mostrar la cara,
te ocultas, solo unas horas,
pero sabes querida luna…
las noches sin ti son largas,
las noches sin ti son lóbregas,
las noches sin ti son frías y oscuras.
¿Qué escondes? ¿A dónde vas?
¿Qué silencias con tu huida?
¿Quizá tienes quereres,
que no son correspondidos?
¿Otro astro como tú, pero mas gélido, lejano,
e indiferente contigo?
Selene, espejo, reflejo del sol, cuéntame,
tus cuitas manifiéstame.
Yo guardaré el secreto
de tus ausencias incomprendidas.
Esta noche que estas henchida,
Luna amiga, confidente de las gentes,
tus desdichas relátame.
Quizá no hay nada que decir…
Quizá no escondes ningún enigma…
¿Será que estas harta de girar,
que estas cansada
de mostrar siempre el semblante?
¿Será?
¿Será que vas a recargar las pilas
y a yacer con tu ignoto amante ?
Concha Gorostiza Dapena -Conil-
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