domingo, 2 de agosto de 2015
EL BESO
Mujer, ayer tuve un sueño, estaba contigo en una habitación… frente a frente, de pie o sentados, quizás acostados no lo sé primavera mía, solo sé, que estábamos los dos y me miraba en tus ojos, el
color, el más hermoso, está en el Arco Iris…
Tu mirada me ilusionaba como el silencio llega en la noche, poco a poco… y lentamente, acercaste tu boca, y la ilusión más se levantaba… deseosa estabas de tener mi lengua en tus labios, los besé con suavidad, con pasión, me apreté contra tu centro ¡qué locura sentías! que beso tan maravilloso, fue largo, apasionado, salado y dulce como la mar y el cielo…
También violento a ratos, te mordía, me mordías, sentía el flujo de la vida, mi saliva en tu entrañas, yo quería más, y tú más y más, la respiración nos faltaba, casi sin poder respirar acariciabas la cabeza, su cuello…
Tus manos hurgaban algo de mí, mis manos acariciaban cada milímetro de tu talla, rodeándote, acariciaba tus senos, mientras, seguía el largo beso, repartiéndose entre boca y pechos, nos besábamos, tú, yo, los dos con fuego en la piel, cerrabas los ojos y te entregabas, sin yo poder parar, seguía acariciando tu cintura, recorriéndote tus caderas, una y otra vez, tu piel sudada, olorosa, el perfume de los flujos nos embriagaba, mujer, te mecías como junco en mi regazo, destrozando mi libertad.
Enrique Palma
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