miércoles, 26 de agosto de 2015

AMOR FIEL.


Le clamaba a Dios para encontrarte,
mas un día y otro día,
en silencio me respondía.
Me iban sonando las horas
y jamás pensé que te hallaría,
mas mi Dios sabía
que era toda una vida
sin un te quiero en mis labios,
sin un abrazo de amor, de amigo, de hermano.
En silencio lloraban mis lágrimas
hacia un río manso, casi sin vida,
que se dejaba ir con lentitud
y mansamente hacía del mar su ira.
Pero cuántas veces lloró mi espíritu
para tenerte cerquita, a mi lado,
que al tener tus manos con las mías
llovió una tormenta de fuego
en el cielo donde todo está amagado,
y ahí, te recuerdo, sentado,
tú hablándome de tu vida
y yo a tus ojos mirando.
Fogoso fue nuestro delirio,
era unión de hados,
sin desapegos ni gritos.
En todo lo peor,
siempre tú a mi lado,
compañero, amigo y hermano,
alma que conduce hacia mi hogar
cada día y me ayuda a descansar.
Que te quiero
con una intensidad que no concibes,
ni yo misma concibo,
pero que te quiero, así, mi vida,
tan sencillo y tan complejo,
con tu dicha y mi lamento,
que sólo tú sabes cuidar.

Del libro CUADERNOS VERSOS EN EL ALMA de MILAGROS RUBIO MAS

No hay comentarios:

Publicar un comentario