domingo, 26 de julio de 2015
LA MAÑANA DE MI ADIÓS.
Cuando yo me vaya, escribe mi nombre en papel viejo y dobla lentamente hasta que ya no puedas mas, luego prenderle fuego y que ardan esas letras que un día me dieron vida.
Así mi alma estará más tranquila, porque se purificaron mis heridas con la llama y las cenizas, mas con el recuerdo aferrado a ese amor abnegado, decadente y desgastado.
Cuando yo me vaya, no pronuncie tu boca ni un solo sonido que tenga que ver conmigo, pues yo ya estaré siete metros bajo tierra y todo recuerdo sera obsoleto.
Entre lamentos y espectros.
Cuando yo me vaya, viviré en los corazones que en verdad me amaron, en las razones que en verdad me comprendieron, en las vidas que en verdad me vivieron.
Poco a poco seremos uno.
La noche se unirá con el día, en armonía y sin diferencias.
Pero cuando yo regrese, no te asustes, porque ese día resurgirá de entre las cenizas aquel nombre, aquel deseo que un día fue calcinado.
Cuando yo regrese y esté en pie, con más fuerza que la de antes de cuando yo me fui.
Seré otro, menos desdeñoso y déspota de lo que un día fui.
No tengas miedo al verme avanzar sin tocar el suelo.
No tengas miedo, ya que podré atravesar paredes y flotar con facilidad, ya que he vuelto y ahora soy otro, soy otro y estaré muy cerca
Del instante y la eternidad para siempre mi amor.
CHAVA BLUES.
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