sábado, 4 de julio de 2015
EL OBITUARIO
El obituario había sido publicado en un diario local, indicaba el lugar donde se llevaría acabo el velorio para dar el adiós final. Muchas personas se dieron cita en las capillas allá por la Catedral, el silencio de pronto fue roto por una mujer madura que comenzó a sollozar, algunos por ahí se le acercaron para mostrarle sus respetos aún sin saber quién era aquella tan dolida mujer. Sus lágrimas a mi me parecía, divulgaban mil secretos aunque nada lograba entender. Muy lentamente transcurrieron las horas, y se escucho la voz quebrada de un viejo al anunciar que en unos minutos partiría el cortejo con destino a la última morada para quien les gustara acompañar. Finalmente aquella mujer que en las capillas lloraba alzó la voz para informar.- Aquí descansan los restos de un poema que de tristeza murió, algunos se preguntaran porque traigo vestido y velo negros sí eso ya no se usa y yo les voy a responder, yo no tenía conocimiento, apenas lo supe ayer, yo soy aquella musa que inspiró al poeta que lo escribió y que después de una noche de copas prometió volver pero lo olvidó.
Miguel Ángel Cavazos.
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