miércoles, 1 de julio de 2015
DE LA NOCHE Y EL DÍA.
… Y las estrellas bailaron,
al son de la madrugada,
corriendo la desbandada
de aquellos que desposaron.
Los murciélagos pararon
dando paso a golondrinas,
las nuevas luces conminan
a devolver a la vida
lo que de la vida es,
es lo que de día ves
cuando muerte está dormida.
… Y el amor marcó mi noche,
luz de las obscuridades,
semblante de las edades,
marcadas por “sotto voce”.
El amor es el derroche,
la conjura del silencio,
deseo que reverencio,
locura de cruel destino,
el agua que contamino
y el soldado que licencio.
… Y muerte miró mi rostro,
al final de los finales,
al filo de carnavales,
en el lecho que me postro.
Como vaso de calostro,
resultamos poca cosa,
buscamos figura hermosa,
tener agradable estampa,
mas flor que en nosotros campa
no suele ser una rosa.
Julio G. del Río -Valencia-
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