sábado, 4 de julio de 2015
APARECE EL POETA…
Aparece el poeta
como conjunción exacta de cuerpos celestes.
Así alma y cuerpo,
unión infinita de bordes y contornos flexibles
de sensación en piel donde habita el sentir
en conexión de dentro y fuera.
Pero, cuando el poeta pierde la fe en el
dejar de crear su arte equivale a muerte de poeta.
Se quiebran sus esquemas
y toda su gracia inspiración y arte desaparece…
Cuando el poeta se pregunta para que escribe,
¿para quien? Se ve como payaso en el mundo.
En un divertir de instantes,
En una lectura agradable, tal vez intensa que no deja de
ser apenas un instante y luego se olvida.
Cometido pobre el del poeta,
si sus letras no tienen magia para permanecer…
Donde su contenido ni cura ni sana.
Dejar de escribir al abrir los ojos duele…
Aun así, cuando la poesía del poeta persigue
un fin o finalidad y siente que su vida
es tan vana, tan efímera, tan volátil
quisiera ser piedra. Al menos su esencia
rodaría, planearía y surcaría el espacio sideral…
Lola Wizner
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