Te vi caer
Sobre la escafandra rota
Igual que un tiempo detenido
Fuiste coraza
Sin menoscabo de amplitud
Mas tu oscuridad
Te cegaba
Ya pareces haber aprendido
Tras el ocaso
Nació un brillo
Prístino, radiante, insolente
Comprendí
Que no nos pusieron ahí
Para dejarlo pasar
Sino para saborearlo, para vivirlo
Tornar a ser torno
O rueca que hila fino.
Santiago Pablo Romero -Trigueros-
No hay comentarios:
Publicar un comentario