viernes, 1 de mayo de 2015
NI MODO; LOS HÉROES, YA VIEJITOS, SE JUBILARON
“No tenemos más necesidad de héroes”, es la leyenda provocativa que leímos a la entrada de la exposición “Magos de la Tierra”, París, 1989. Se trataba de una de las obras presentadas, autora, Bárbara Kruger: sobre una enorme foto del rostro satisfecho, casi harto, de un hombre comiéndose un plátano, la leyenda cruzaba de lado a lado: “no tenemos más necesidad de héroes”.
¿Por qué? Hipótesis número 1: porque todos somos héroes ¿a qué agregar uno más? Luego, héroe igual a: corriente. Hipótesis número 2: porque se acabaron las tareas heroicas. Luego, héroe igual a desempleado.
Veamos un poco más de cerca. En la hipótesis 1, el heroísmo ya no consiste en ser un Fitzcarraldo –el personaje del filme de Hertzog-, quien hace trepar una montaña por un barco de regular tamaño, subir por una ladera y bajar por la otra. Tampoco consiste en ser un Fidel Castro, quien una madrugada de un 26 de julio fue al asalto del cuartel Moncada armado de escopetas para matar pájaros. Ni Colón descubriendo América, ni Armstrong dejando la primera pisada del hombre en suelo lunar. No, el heroísmo ya no consiste en eso: Fitzcarraldo puede pedir desde un celular que le manden un camión de remolque para su absurda empresa, Fidel Castro puede encargar las mejores armas en cualquier negocio dedicado al ramo en Estados Unidos, América ya está descubierta y en la Luna puesta la planta del pie.
Ahora bien, el heroísmo tomado a la manera tradicional, como hecho relevante y de excepción. Y agrego que hoy todos lo platicamos: Viviendo asfixiados, apachurrados y estresados en las ciudades; y de cara a la miseria en los campos.
Todos nos ponemos a prueba cuando el reloj despertador o el reloj biológico, nos ordenan salir a la batalla diaria.
“No tenemos más necesidad de héroes”, los de antaño se han jubilado, los actuales somos todos, los corrientes, la naquiza. Eso, según la hipótesis 1. De acuerdo a la hipótesis 2, no hay más materia para el caso, todos nosotros somos vistos ya no en el heroísmo como rasero, sino, lisa y llanamente, como los corrientes, la naquiza sin más. En el fondo, tanto da. “no tenemos más necesidad de héroes” y, consecuencia, ya ni nacen. Para ser absorbidos en un común rasero o para darse con que no tienen materia disponible, mejor ni nacen. Por necio, Superman, afectado por una dosis de criptonita, pretendió renacer. Dijo que él no muere, y la gente se atacó de risa; ¡sabía que su criptonita no vale lo que una bomba atómica de las buenas, y menos de las futuras nacerán de la antimateria, investigación en curso? La gente no sólo se rió del patético Superman, sino que en el acto lo olvidó pues no quería perderse las caricaturas de Popeye, que invencible se vuelve metiéndose las espinacas…
¿O será que el rasero heroísmo se da en unos, los de abajo, mientras que arriban pululan los villanos, tan bien armados tecnológicamente que la criptonita deviene un juego de niños?
Marcos Winocur (México)
Publicado en la revista Arena y Cal 217
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