viernes, 24 de abril de 2015
SOY INFIEL A LAS COSAS
Soy infiel a las cosas: Al árbol derribado,
a la piedra pulida, los papeles escritos,
las rosas deshojadas, el cristal, el teclado,
cuantas gritan mi nombre; por no atender sus gritos.
Me rodean, me siguen, me contemplan, me esperan,
como viejos amigos vigilando mi paso;
saben que me han servido, y aún hoy se consideran
súbditos eficientes, ajenos al fracaso.
Tienden imperceptibles manos indagatorias,
como ciegos sentados al borde del sendero;
si de humildes inicios, dedicaron sus glorias
ya a mi confort de plata, o a mi escasez de acero.
El hogar que me alberga, la mesa en que laboro,
los cuadernos que absorben mi aliento de poeta,
la ventana filtrando crepúsculos de oro,
sobre el mudo piano, candelabro y maceta.
Son mis cosas. Las cosas que apenas considero,
sumergido en mi vida de quehacer y rutina;
tengo para con ellas aire de forastero,
con mano que las roza, mente que las margina.
Y sin embargo, forman imprescindible pieza
de cuanto soy y tengo, cuanto enfrento y consigo.
Rozaré sus perfiles desde hoy con gentileza,
como quien da palmadas al hombro de un amigo.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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