Compartió el pan y vino con sus amigos,
previo al suplicio que debía de pasar,
aquel intachable hombre que sirvió por tres años
a pecadores, hombres y mujeres despreciados
por la sociedad de la época.
A Jesús no le importaba de que extracto social provenía,
ni la enfermedad corporal o espiritual que le aquejaba,
el pasado era cosa de ayer tras arrepentimiento,
¿cuántos tiraron la primera piedra tras defender a aquella mujer?
Compartió el pan y vino con sus amigos y un traidor,
aquel hombre que por treinta monedas vendió al maestro,
subyugado por la avaricia, blasfemo y conspirador,
pero un hombre al fin, tentado por el demonio.
Compartió el pan y vino con todos y todas,
no es un cuento, ni la fábula de la temporada,
es su amor y misericordia que se conmemora,
su sacrificio para nuestra salvación,
Bendito seas Señor Jesús!!!!!
Ramiro Peñalba Pinell -Nicaragua-

No hay comentarios:
Publicar un comentario