Es el miedo
a perder esta maravilla,
que tengo delante de mis ojos
tan intenso.
Que con unas tijeras de cristal
corté mi piel.
Para coserla con un sedal
que sea de plata y fuego.
Y unirme eternamente a tu cuerpo.
Y poder vivir así los dos;
siendo una sola piel.
Cuyos poros y lunares sean pequeños islotes
en donde floten,
como pequeños pájaros de corcho
nuestros besos.
Y sean arrastrados los corazones,
por una corriente
de pulsos inconcretos.
Debora Pol.
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