Volveré a contemplar
un bello amanecer
el paso del tiempo
el vuelo de las aves.
Me extasiará siempre
el nacer de un nuevo día
la luminosidad de la luz
el verdor de los campos
Regresaré presuroso
a contemplar el mar
las inquietas mareas
el infinito horizonte.
Me fascinarán siempre
la sonrisa de un niño
las inquietudes de un joven
las experiencias de un viejo.
Me dedicaré a repartir
sonrisas mil
alegría a borbotones
música por doquier.
Me confundirá la vida
le retaré al destino
romperé hechizos
ignoraré el horóscopo.
Ya que al darte mi amor
me perdí de la vida
del ancho mundo
de mi infinito espacio.
¡Y seguiré siendo feliz!
Alberto Recalde Romo -Ecuador-
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