Del claroscuro de tu espacio,
decorado con lambrines, estrellas y sonrisas.
Bajo el silencio licencioso,
que es tu amante favorito.
Flotan las banderas del amor perpetuo,
como índigos lamentos placenteros,
amarrados con las jarcias de tus “ayes”
y el simún obnubilado de tus besos.
Roberto Rochin Suarez.
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