jueves, 2 de abril de 2015

CAYÓ UNA FLOR


Volví a mi pueblo, 
mi amado pueblo 
de gentes buenas sinceras 
e inocentes. Sí, porque todavía 
hay inocencia hay hombres sinceros 
y sanos, hay mujeres que son fieles a 
pesar de las visicitudes de renuncia de sufrimiento.

Y entonces una flor 
cae al fango 
una rosa se deshoja 
una flor es macerada 
con las manos, con esas manos 
que la acariciaron con las mismas 
que tocaron su cuerpo con amor 
con las manos que en una noche 
de pasión vibraron con suaves 
lamentos y al son de una canción, 
con las mismas manos que tomaron 
formas de cemento, como guadaña
de escarnecedor de inquisidor de matador

Una rosa se desangra, 
me duele el alma 
se siente el corazón 
como si lo apuñalaran.
Se cierne el velo de la noche 
oscura y se acercan las tinieblas 
y con ella el demonio de la traicion 
y la muerte inesperada, porque una flor
se desgaja, los pétalos se esparcen por 
los aires vuelan al son del vals eterno 
y la tierra sedienta y hambrienta de lluvia
Pero no, de sangre, bebe el néctar que da vida y alimenta a la vida.

Y de nuevo otra más, una más, una madre una hermana una conocida o desconocida que importa? Solamente importa que una mujer ha caído en tierra, un ser llamado hombre ha callado una voz ha cerrado 
unos ojos ha callado el grito que se 
revelaba a seguir siendo oprimida o 
sujeta a sus deseos, pero no. 
Es que pretenden que sea el objeto de 
sus deseos, tenía que seguir siendo su muñeca, su juguete, su mueble para acomodarse.

¿Porqué? porque sí, es lo que te enseñaron
Hay que respetar, porque yo soy el que
tengo la fuerza, soy el macho soy el 
hombre, soy quien manda soy yo.
Cayó una flor al abismo de la muerte, inmisericordemente arrastrada.
Herida de muerte se deshojo... Una flor.

Francia Castillo Pujols

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