Enmudeció la guitarra.
La más flamenca y divina.
La que se siente y desgarra.
La que cautiva y fascina.
“Entre dos aguas bogando”,
De luto va la falúa
Y el flamenco va llorando
al Mozart de cuerda y púa.
En el Olimpo una musa
Hará tus notas poesía.
Entre silencios de fusa
Con tu guitarra, Lucía.
Alejandro Palacios -España-
Publicado en la revista Oriflama 24
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