vigorizante como el sol en la mañana,
dulce como helado de queso,
brillante como copo de nieve,
armada con alfileres,
dispuesta siempre a la batalla,
ya sea con una jirafa de peluche,
un trozo de papel
o mi tobillo izquierdo,
maquinaria de olores intensos,
faena interminable,
intermitente como luciérnaga,
aullido que se desvanece
en lontananza.
ERIC URÍAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario