Al marchar perdí el aroma
a salitre de tu mar,
también olvidé el sonido
atronador de las olas,
que rompen intermitentes
golpeando el rompeolas,
perdí esa luz que hace
que tu ocaso sea especial.
Vuelvo una y otra vez
aqueste hermoso rincón,
adonde fundí los sueños
de mi doliente corazón,
Allí lograba rescatar
el perfume del salitre,
el bramido de las olas,
tu límpida claridad,
y ese ocaso que explota
púrpura sobre la mar.
PACO LAINEZ GARCÍA
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