viernes, 27 de marzo de 2015

ANOCHECER


La última luz crepuscular ha muerto,
extendiendo la sombra denso manto.
No abras la puerta aún al desencanto;
la noche es joven, si el lugar desierto.

Veo un punto dorado sobre el puerto,
guiñando a la marina; escucho el canto
de una voz varonil, y el tierno llanto
del niño que se aferra a estar despierto.

Se van multiplicando las estrellas
en el Camino de Santiago, huellas
tal vez, de celestial peregrinaje.

Y hay amantes que, en múltiples rincones,
o entre la fronda, o bajo los balcones,
se intercambian extáticos mensajes.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-

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