Dulces labios que en la noche
Se asoman a mi ventana
Y ofreciéndome su néctar
Permiso piden para llegar a mi almohada
Pasa mi amor y no tiembles
Que anhelo más que nadie tu llegada
Y en el calor de la noche
Te ofrezco mi amor y ser amada
Se hizo un interminable silencio
Y se acomodó mi amada…
Se oyó canto de calandria
Que en el silencio cantaba
Ha tenido que venir después de
su sueño
Tú amada se encontró contigo
En ellos nó pudo evitar su llegada
Y hasta ruido de olas llegaban a
La ventana eran las olas del mar
Que al verla pasar dijeron
Donde irá tan apresurada
Y en el colmo de la curiosidad
Se asomaban a mi ventana
AGUSTÍN RECIO BORREGUERO
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