Indiferente
al gesto sin razón.
Llenarse de aire
del mundo de uno mismo,
y caminar.
Es lo que queda
al final de la búsqueda.O, desnudarse
de la propia vehemencia
que te llena la vida
y,
como rebelde contumaz:
proyectar,
el sueño oculto o transparente,
trascendiendo
la luz existencial,
bajo el vuelo oscurísimo
de nuestro tiempo.
Francisco Fenoy Rodríguez -España-
Publicado en la revista Oriflama 25
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