No era más que un bosquejo
Arrancado a tus acuarelas cómplices
Un lienzo de bella estampa y corazón de Pérgamo
En una atalaya distante
Una resuelta fachada y una tintura incolora
Una verdad opaca y una certera podredumbre
Mi pecho ya hiede, no encuentra más que polvo en el páramo
Un cuadro, tu cuerpo y el espejo desvencijado
Donde nuestros cuerpos se reflejaban
Incrustados entre sí
Un no nunca, un sí siempre.
Del libro El Último Viaje de Zaratustra de
SANTIAGO PABLO ROMERO
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