viernes, 28 de noviembre de 2014

POEMA Nº 2


(Canción de Eladio Linacero)
“Pero aquella noche no vino ninguna aventura para recompensarme el día.”

La estuvo esperando
con mi desesperación muda.
Otorgándole al tiempo
mis prorrogas imposibles
para que efectuara su milagro.
Prestó a su rostro
mi mascara de aceptación
de lo inaceptable.
Dicen que el frio
no era más que un pretexto
una, cómo, coartada para olvidar
la maldita soledad.
El olor de la tarde en la tarde
era aún peor que la sangre de la nada
que venía prudente, a esconderse
entre las manos de dios.
La Mariposa, La Noche,
corrió un peligro de muerte:
“Esta es la noche,
quien no pudo sentirla así
no la conoce”
La estuvo esperando
con mi voz ahogada
entre las aguas irremediables
todo el inexorable paso del tiempo.
Los pasos húmedos de la muchacha
no perturbaron sus sueños…
Sigue dormido, con mi sueño, en Santa María.

Arturo Hernández
Seleccionado por Leandro Murciego

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