miércoles, 26 de noviembre de 2014
¿ERRANTES...?
“¿Será que nacemos para seguir con los ojos el vuelo largo y alto de los pájaros y lamentarnos de no tener alas; para sentir lo invisible del viento, su libertad y conformarnos con tratar de ver la forma que tiene, adivinar su dirección y hasta su mensaje; tratar de adivinar las razones por las cuales un conejo es indefenso, bello y frágil ante la marcha arrolladora de las especies? Por algo debe ser que queremos ser pájaros, viento y conejos... Eso creo...”
(Sara Botello)
¿Será que nacimos para volar,
para tener el control del viento,
para cazar conejos desde el aire?
Pero no portamos alas
ni sentimos el viento en el rostro,
el invisible que nos mueve,
el que nos habla
sin que adivinemos su mensaje,
sin que hundamos nuestro poder
en su misterio.
Nuestras armas están enfermas,
por mor de nuestro cerebro,
por la paz de nuestra sal
y nuestra mirada.
Los conejos nos buscan
para ser cazados,
pero se enfrentan a la crueldad
de nuestras míseras
limitaciones.
Los indefensos,
los bellos conejos,
nos miran con pena
y lloran por nuestra presencia,
por nuestra inútil forma
de existir.
Nacemos para ser temidos,
para portar el hacha,
terrible y eterna,
del apocalipsis...
Julio García del Río
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