sábado, 11 de octubre de 2014
VEN, ¡TE NECESITO!
Solo y digo tan solo
dejé en ti la sabiduria
Pero ella se sintiò sola
y un poco confundida
la razón estaba al acecho
y juntas me hicieron una casa
En ella deposité mi famìlia
sabiendo que era fruto de mí
esperando que fuese tuya
¡Ven y corre!
ilumina mi casa y sus aceras.
La luz iluminaba mi bien
La luz iluminaba las aceras
Ellas se convirtieron en un espectáculo
y quise vivir en ellas
De mi mano nacieron hogares
hogares de hombres perdidos
unos saciaban su sed con vino
otros trabajaban los campos
El hombre del buen vino
diò un hogar al santo
El hombre del vino
dejó muerto de sed a su hermano
Corrían ríos de vino en sus cantinas
y el sediento bebió de sus manos
los dos vivían del mismo vino
y yo les miraba desde mi casa
aclamando al Divino.
MANOLI SAN MIGUEL HERRERA -Italia-
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