Imitando el roce de sedas
o el perfume sutil de las flores,
a la brisa que disipa nieblas
o del arco iris, sus colores.
Repasar aquellos recuerdos
que por bellos aún perduran,
historias de caricias y anhelos
encriptadas en solitud y locura.
Socavar impiadoso el alma
con barrenas de amor y olvido,
que surja del primero la llama
y calcine con el otro lo sufrido.
Inventar reales paisajes
con aguas claras y blanca arena
playas que posean oleajes
y te acerquen a mí, hecha sirena.
Todo eso haría despierto
y jamás cerraría los ojos,
ahora me acurruco y duermo
¡en sueños solo cumplo mi antojo!.
Ramón Pablo Ayala (Argentina)
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