martes, 28 de octubre de 2014
NOCHE
quedóse exhausto el mar que tanto bufó el viento.
una desmesurada noche disemina ecos de fukuyama.
y tu voz, un susurro en la espuma del mar,
batiendo , sin embargo, duramente.
el único problema ideológico,
verdaderamente serio
que nos queda por debatir,
es la muerte.
pensar, legislar, engendrar
desde su perfil estricto.
pero ¿qué si desvanecemos el luto?
¿qué si disfrazamos la obra
del dibujante eximio en nuestro rostro?
¿qué podrá saber quien no empuñe
-como triunfante bandera por la vida-
la epifanía del ritmo de la disolución?
tu sabia disolución te hará invencible.
honra, pacientemente,
la sacralidad del instante
y el milagro austero de la precariedad,
ardua llave del arte,
que siempre, aunque te abrume,
es la orfebrería de lo mínimo.
contracara del poder.
en fin, hija
esa hendidura leve
del escueto diálogo
con la más fiel de las amantes.
Del libro “La vida espera” de GRACIELA PEROSIO -Argentina-
Seleccionado por Rolando Revagliatti
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