domingo, 26 de octubre de 2014
HABLO BAJO
Hablo bajo, como el pensamiento lo hace,
grito, incluso grito más fuerte, más alto,
pero es inútil gritar dentro, lamentarse,
el silencio protege el alma con hierros y garras,
absorbe el viento de la rebelión y exhala aire.
Estamos solos en el fondo de la vida,
donde lo peor que le puede suceder a un hombre
es que no le asuste la noche, sus dioses,
los ojos enternecidos de quien lo ama,
que la lluvia no inunde o reblandezca su barro,
¡no podrá gritar, ni gritar más alto!
En el fondo de un hombre la soledad arraiga
y por sus tragaluces solo pasan oscuridades,
improntas de sombras de sauces sobre el agua
en la visión de un río llorando hacia su delta,
los recuerdos siempre regresan, o regresamos,
siempre somos lo que nos trae la memoria,
y el futuro se tambalea por los golpes encajados,
porque el tiempo es la médula de la existencia
y el presente y mañana, simetrías del pasado,
ahí dentro está la soledad que yo conozco,
la soledad que es tiempo y una multitud de ideas.
¡Desde la soledad caen al cielo lágrimas,
nombres que fueron cálices, misales abiertos,
tan abiertos como la sumisión de quien desea,
caen el cuerpo y la sangre, la piel y los símbolos,
las rosas vaginales, las manzanas del olvido,
los sextantes, cae la altitud desde el horizonte!
¡La soledad es una guerra con un único enemigo!
¡No puedo gritar, ni gritar más alto!
El fondo de un hombre es un lugar solitario,
en él habita el ángel caído de la nada,
allí tiene espacio la distancia para alejarse,
allí nadie pondrá tu nombre en su boca,
¡el fondo de un hombre es un círculo parecido
a una corona de flores para la muerte!
allí la soledad es un precipicio elevado,
como un acantilado, a cada lado del destino,
un mar dividido para un éxodo en el desierto,
allí existe la única muerte que se vive.
¡El hombre grita, pero es inútil,
de nada le sirve gritar más alto!
¡Cada hombre es su soledad!
¡Cada hombre es su desdicha!
¡La tristeza es el reconocimiento
de que uno está solo en mitad de la vida,
como un universo en mitad del infinito…
luego, el silencio… y un grito es nada en el vacio…
¡Vivir es un puente, pero no sobre aguas,
sino bajo aguas turbulentas!
¡Un grito! ¡Un canto de cisne!
JUAN FRANCISCO SÁNCHEZ ANDRADES
No hay comentarios:
Publicar un comentario