martes, 7 de octubre de 2014
DEJA QUE DIGA LA GENTE.
Era una fría noche, de aquellos días de enero
y la esperaba sentado, observando las estrellas
y entre cigarro y cigarro, mucho más… pensaba en ella,
sentía que había un tirano…que le robaba el, te quiero.
Miraba desesperado, como el tiempo, transcurría,
sentía que se asfixiaba… por el amor de su vida.
Busco respiro en el cielo, creyendo verla en las nubes,
bailando como en los tiempos, de sus bellas primaveras.
Apareció de repente, como en un cuento de hadas,
tan bella, como elegante, tan sutil como un diamante.
Y en un beso apasionado, sin importarle la gente,
le abrazo y le declaraba, de su amor irreverente.
Respondió la bella joven, las caricias de su amado,
y en tono moderado, susurro a su enamorado,
¡¡Vida mía yo te amo, tú lo sabes, no te miento
pero guarda compostura, no quiero que hable la gente!!
Miro a la bella muchacha, entre serio y compasivo,
estampo un beso en su frente, diciéndole en el oído,
¡¡Deja que diga la gente, lo que quieran vida mía,
no importa que diga la gente, si amarte es lo que yo pido!!
DARWIN I. FLORES VARELA
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