martes, 7 de octubre de 2014

AGITACIÓN REPENTINA


Si el verso golpea tu puerta
No hay nada de qué alarmarse.
Por el contrario:
Es truco de “inmortalidad”
Cuando la mortalidad se escapa.

Tú, yo, aquél…
Esa potranca preñada.
Insinuaciones de barro…
¿Y qué?
Esperanzas sin medida…
Desesperación sin fondo.
Certezas atolondradas.
Religiones domingueras
Que conducen a la nada.

Sólo trabajo y trabajo.
Nada que valga la pena
Excepto…
Convengamos…
Aquellos tiempos en flor
Y el picor de las abejas.
La mano que se desliza
Sobre el bretel insinuante.
Cuatro piernas y el instinto
desenfrenado
y aquel rumor de las olas
celosas del desatino.

Pues entonces.
¡ Qué venga el verso¡
Y con él la Epifanía
De un seis de enero achispado.
Donde todo es de milagro:
El cura se bate a duelo
con quien le mordió la hostia.
Un hombre mira sus manos
Y jura, por su putísima su vida
que a partir del día lunes
observará a rajatabla
los Sagrados Mandamientos.
Claro… si cayese veintinueve
En fin. Es otra cosa.
Febrero llama a la sangre.
Bueno…
Siendo que sea… veintinueve
no hay caución ni documentos.

No se irritará el colérico.
Los patos volarán torcido.
Y una estólida gazmoñería
Invadirá al diligente.

Arrollado entre frazadas
el cornudo fruncirá el ceño.
Con sus contornos verbales
Y con “otros” más vulgares,
“ella”,
puro encaje y sedalina,
preguntará al desdichado.
¿Algo eres?
¿Qué, aquí, haces?
Tú pretendes una esposa…
Absorta en tu contemplación.
So tonto:
Soy breva que ha madurado
en mi misma; a mi manera.
Y gozo de ese placer.

¡Ea¡, pues.
Que el verso no se detenga.
Que cuando se lo proponga
Frítee con luz a las sombras.
Que se esfumen las tinieblas.
Y a vivir para la historia;
que la plenitud no existe,
ni la belleza es memoria.

Podemos nacer de nuevo.
Para hacer nada y ya es algo
Renacer todos los días,
Digo…
Para la gloria fugaz
De un poeta embarullado.

LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI

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