jueves, 25 de septiembre de 2014

CELDA


El silencio, herramienta del asceta,
la celda, rompeolas que lo abriga,
la soledad, su verdadera amiga,
y la oración, su táctica secreta.

Cuando su mente o voluntad se agrieta
bajo el ardid del tentador que hostiga,
por cilicio o flagelo se castiga,
y con súplica al cielo lo completa.

Ni música ni frívola lectura
turban sus horas; sólo se satura
de lo eterno en la vida cotidiana.

Duerme sobre jergón de paja, y sueña
con ángeles de estampa navideña,
despertando al tañer de la campana.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-

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