sábado, 2 de agosto de 2014

DESFILADERO


El que forman los muslos, o los senos,
por los que parte de mi cuerpo avanza;
esa parte que a veces se abalanza,
y otras parece agilizar los frenos.

Tan estrecho el sendero; tan morenos
los muros a ambos lados. Qué alianza
de ruta y peregrino, y cómo danza
la escena al eco de callados truenos.

Retumban en la entraña, y en la mente,
pistón, cilindro, en ritmo contundente,
vendaval horadando la angostura.

Nadie más, sólo yo, dejando huella
por el cañón; y la primera estrella
cursa un guiño de luz desde la altura.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
 

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